Sinhô Mariano
Mariano Ferreira da Cunha Júnior, conocido como Mariano da Cunha, o Tío Sinhô Mariano, nació el 19 de noviembre de 1875, en la ciudad de Sacramento, Minas Gerais. El 28 de agosto de 1900, junto con un grupo de compañeros, entre ellos Federico Peiró, Delfino Pereira de Araújo, Luiz Ferreira da Cunha (Tío Luizinho), Emerenciana, Sana (madrina de Eurípedes Barsanulfo), Aristides (primo de Eurípedes Barsanulfo), Jason Ferreira da Cunha, José Sastre, José Sabio García y otros compañeros, fundan el primer grupo espírita en Santa María, hacienda ubicada en el municipio de Sacramento, cerca de la divisa del municipio de Conquista-MG.
Tenía varias facultades mediúmnicas, entre ellas: mediumnidad sanadora, intuitiva, psicografía mecánica, psicofónica o incorporación, además de la mediumnidad de efectos físicos. Al inicio de sus tareas, hizo varias sesiones usando la mesa telegráfica y recibió mensajes a través de los golpes.
Su estructura moral y su fe provocaron varias curaciones en el campo obsesivo de las criaturas, consideradas locas por la ciencia de la época, y por eso se convirtió en una persona diferenciada entre la población. Su nombre pronto se convirtió en conocido entre los sufridores y hermanos que buscaban liberarse de los conflictos obsesivos.
Tenía plena confianza en San Agustín, de quien recibía las orientaciones para sus tareas, y que estuvo a su lado toda la vida.
Una vez que se convierte en espírita, inicia la tarea de recetario y con orientación del Dr. Bezerra de Menezes pasó a manipular medicamentos hechos con hierbas, y también comenzó a hacer partos. Muchos niños nacieron por sus manos, y nunca se escuchó que una madre o un niño desencarnara en el momento del parto, lo cual era común en ese momento, por la falta de recursos. Se convirtió en orientador de salud en la región, donde muchos llegaban de todas partes a su encuentro.
Se convirtió en el Tío Sinhô, por ser el tío de Eurípedes Barsanulfo. Sus facultades mediúmnicas y su transformación en el momento del encuentro con la doctrina, hicieron de un hombre ateo, por no aceptar la idea del catolicismo, doctrina defendida por dos tíos sacerdotes y toda la familia, un espírita sincero y fiel a las obras del codificador.
Su comportamiento se transformó de tal manera que toda la familia se convirtió en espírita con el tiempo.
Sinhô Mariano era el hermano de Doña Meca y el primo del Sr. Mogico, los padres de Eurípedes Barsanulfo, y entonces ambos estaban muy unidos incluso antes de convertirse en espíritus.
El tío Sinhô era un hombre de cultura. Trabajó como guarda libros en la fábrica de cal del amigo Federico Peiró, quien le ayudó en los primeros pasos de la doctrina. Por convertirse en una figura del espiritismo, fue considerado fabricante de demonios y de locos por la cúpula de la iglesia católica de la época.
Hombre serio en sus metas, hacía ser acreditado por la imposición moral de que era poseedor.
Nunca dejó de asistir a quien lo buscaba. Orientó varias casas espíritas en Brasil central, principalmente en la región de Goiás y Mato Grosso, y todavía es recordado por su disciplina, fuerza y valentía de realización.
En el Colegio Allan Kardec, en las actividades donde Eurípedes presidía reuniones mediúmnicas, el tío Sinhô trabajó como médium psicofónico y en varias ocasiones recibió el espíritu de Donatista, quien, convertido al cristianismo, pasó a auxiliar en las actividades de los grupos, tanto en Santa María como en Sacramento, en el Grupo Espírita Esperanza y Caridad, fundado por Barsanulfo. La unión de los dos se daba en los trabajos que desempeñaban juntos y con el grupo de servidores que participaban en las actividades, en Santa María y en Sacramento.
Tanto Eurípedes como Tío Sinhô Mariano nunca temieron los objetivos de la vida espírita, dignos de ser recordados por su trabajo y su personalidad.
A su poca edad, cuando fundó el Centro Espírita Fe y Amor, Tío Sinhô estaba casado con la señora Herondina Djanira da Cunha, y ya era padre; el hijo mayor, Ranulfo Gonçalves da Cunha ya contaba 4 años de edad, y este más tarde reemplazó a su padre en la dirección del centro. Tuvieron seis hijos más, que son: Ana da Cunha, Iracema da Cunha, Bittencourt da Cunha, Fénelon da Cunha, Sara da Cunha y Flammarion da Cunha.
Dejó su cuerpo físico el 27 de abril de 1949, en la hacienda Santa María, después de haber psicografiado recetas para los enfermos que solicitaban a través de cartas. Sirvió en la doctrina durante 49 años, dejó un ejemplo de amor y luz.
Se hizo conocido por el trabajo y la disciplina que cultivó en el medio espírita, y muchos de sus discípulos y médiums con los que trabajó se referían a él como el maestro Tío Sinhô.
Ahora en el plano espiritual, el tío Sinhô ha sido recordado en varias casas espíritas por todo Brasil.
Su trabajo en el plano espiritual ha dejado marca de amor y luz.
Se convirtió en un espíritu conocido por sus acciones en la obra de la doctrina.